Película The Shape of wáter (Guillermo del Toro, 2017)
Una historia de amor, nada convencional, de esas que se usan
hoy, donde no cabe la xenofobia o la discriminación, ¿o sí?, dos seres se
conocen, se sienten y empatan, sale sobrando el exterior, dentro de ellos ya
todo está claro, son el uno, el otro en el uno, y el uno en el otro.
Así han sido tocados con el amor, dentro de sus propias
soledades y a partir de ese momento todo adquiere un sentido, cualquier lucha o
esfuerzo es necesario y justificable.
Un puñado de seres, coherentes consigo mismos que los
hermana una soledad añeja, pero también la necesidad eterna de la cercanía,
viven esta historia de amor que no es de dos, es más, mucho más para cada uno:
Elisa en su mundo acuático que vivía antes de conocer a su amante, Giles con la
vehemencia por la belleza que se negaba a descartar de su deteriorada vida, Zelda
quien encontraba su razón de ser en la soledad de quien habla en voz alta para
entender su propia vida y no dejarse caer por la desesperanza de su propia
soledad.
A cada quien la llega del amor lo transforma y permite sacar
de sí la bella valentía y la esperanza de conseguir la libertad de ese amor,
todos ellos gozan con la consumación y miran en el éxito de esa pareja su propio
éxito.
No puedo dejar de pensar que todo lo que pasó en esta
historia fue solo un sueño, de esos que existen a pesar nuestro en el cerebro,
escurridizo y tramposo que si lo dejas crecer sabes que algo incontrolable se
desatará.
Sólo sé que de repente ahí estaba un ser irreconocible,
exótico y dueño de una magia primitiva tan fascinante como peligrosa en su naturaleza,
pero son dos, pues esto aplica a ambos, o ¿a todos? Y así la fascinación del
enamoramiento nos atrapa.
Álvaro Gómez Gómez
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